A mi no me saquen la mía

Hace mucho que no escribo. Como siempre digo, no por falta de material, ya que el mundo con cada día que dejamos atrás, se vuelve mas intrínsecamente pelotudo.
Simplemente estoy ocupada. SI, entre otras cosas, trabajo. ¿Que se pensaban? ¿Que la ropa que me compro en Kosiuko la pago con chistes sobre vergas y putas? No. Al parecer la gran 'Malena Pichot' no me estaría pasando, así que luego de una búsqueda profunda y varias insinuaciones de 'petes' siguiendo la teoría marxista de que el fin justifica los medios, conseguí trabajo (no por los petes, mamá, no, fue un chiste para la audiencia, no, mama, te juro que lo conseguí por mi talento... si, ya se mama que no me lee nadie y que escribir acá afecta mi imagen y nunca me va a servir para nada, obvio. no mama, no me cuentes que el Papa tiene solo un calzoncillo para ahorrar,  no me importa...).
Nunca había trabajado 9 horas. Me las había arreglado bastante bien para mantenerme al margen del sistema: trabajando freelance, dando clases particulares, armando chanchullos que me den guita ocasionalmente para gastármela en alguna que otra remerita de Los Ramones. Básicamente era una vaga con talento y convicción para serlo y subsistir como tal. Pero un día  mis viejos empezaron a romperme sistemáticamente las pelotas y motivada por mis ganas de irme a vivir sola a la mismísima concha de la lora,
para no tener que escuchar mas a mi vieja hablándome del puto Papa en cada santo desayuno o a mi viejo quejándose de que dejo todas las luces prendidas 'como si fuera un arbolito de navidad' y dándole
a esto un tono de importancia tal, como si dejar las luces prendidas matase a una ballena greco-francesa cada media hora, me propuse encontrar trabajo, ahorrar e irme a vivir una vida de excesos a la capital.
Bueno, estamos en eso.
Hubiera seguido con mi vida de nerd que ya no postea insultos en un blog que nadie lee, de no ser por una frase un tanto boluda que escuche y que me hizo vomitar esta serie de palabras para así lograr calmar el pequeño Ogro Fabbiani que llevo dentro. 'Hay personas a las que les cuesta insertarse en el sistema, mira ella (refiriéndose a quien les habla, ¿no?) que le costo un par de años'.
A ver, la puta madre que te pario, a mi no me 'costo' insertarme al sistema. A mi el sistema me parece medio choto y trate de evitarlo lo mas que se pude. Y que este trabajando no significa rechazar las cosas que antes pesaba, ni que me termino ganando por cansancio. No asumo ni acepto esta manera de vivir pedorra que te mete hasta en el ojete que hay que tener mucha plata para comprarte una serie de pelotudeces para ser mas feliz. Tampoco acepto vivir la vida de un esclavo solo para asegurarme 'un porvenir mejor'. Yo no me pongo de rodillas, cansada, a los pies del trabajo de 9 horas. No me importa lo que esta por venir, me importa el hoy. Y a mi hoy me sirve trabajar. Me gusta mi trabajo. Cuando deje de amar lo que haga, cuando solo trabaje para tener mas plata, cuando ya no aprenda mas nada, ahí dejare de ser quien soy. Pero mientras lo uso a mi favor. Después  a las armas (naaa, para, bolchevique!). Después en algún momento infiero que algo heredare y listo, tiro la chancleta y que se venga la bohemia, las putas y el club de jubilados.
Ahora bien, luego de esta pequeña aclaración  me gustaría citar algunas cosas que pude descifrar a lo largo de estos meses junto a mis compañeros capitalistas y aburguesados.
1- Te das cuenta que ya estas cómodo en el lugar donde laburas cuando cagas en el baño y no temes hacerlo. Es casi como cuando te das cuenta que es 'amor verdadero' por que sentís el vaho de olor a mierda en el cuarto cuando entras pero no salís corriendo horrorizada, sino que pensas 'uff, que pibe tontin este' y sonreís mientras tiras Lisoform.
2- La gente a la mañana en el transporte publico polula entre la torpeza y la violencia radical. Muchas cosas se caen en el colectivo, la gente se golpea con cosas inanimadas, pero a la vez, mantienen una postura de 'cagame el lugar rubia puta y te meto este paraguas en el ojo'.
3- Garpa mucho repetir sin cesar la palabra 'burgués' o 'aburguesado'. Fíjate como la metí antes y por un segundo pensaste: 'eppa, esta chica estudio en la Uba'. Bueno, no. Simplemente tengo un buen marketing.
4- Desde que trabajo mi alimentación se fue a la mierda. Vivo a base de galletitas que mucho no me gustan y sopas instantáneas  Ojo, en mi trabajo organizan muchas picadas, por lo que Maria Marta Serralima, si estas leyendo esto (y si seguís viva, por que no me acuerdo) ¿serias tan amable de donarme los jeans que ya no te entran?
5- No voy al gimnasio desde que empece a trabajar. Tengo a Flubber en el ojete.
6- Tomo el triple desde que trabajo. En un año soy Charlie Sheen.
7- Empiezo a entender a mi papá. El, llega del trabajo y se pone en un modo 'piloto automatice  y a mi madre solo le responde una serie de 'ajas' sin contenido, de manera rítmica y constante. Bueno, ahora hay dos 'ajas' en la mesa.
8. Empece a bancar programas boludos que antes no toleraba con tal de despejarme la cabeza y tirarme en la cama. Cuando me di cuenta que hacia esto, me preocupe y temí por mi vida.
9- Aprendí a leer en el transporte publico sin marearme ni vomitar al de al lado. La necesidad hace a ....l gato. (no se como era el refrán).
10- Noto que estoy mas ojerosa. (Suma esto a que me creció el cabuz y a que vengo morfando como el hijo de Porcel en Navidad y te da como resultado a Cabito con tanga).
11- Aprendí a jugar al truco y como todos los deportes o juegos en los que participio, por mas que me gusten, pierdo como Mariano Otero en un concurso de pijas derechas.

Ademas de estas cosas, note que pese a tener un trabajo 'serio', tarjeta de crédito, obra social y una 'mejor presencia', sigo siendo yo. La que dice mucho la palabra poronga, la que se rapo un costado de la cabeza, la que come mas salamín que milanesa de soja, y la que tiene un blog en el que pone que odia a la mayoría de las cosas de la sociedad. Por que puedo pertenecer a ella, pero no por eso, dejar de odiarla.